Aceptar esta restauración fue un auténtico reto pero lo que realmente me convenció fue el gran cariño de su propietaria hacia este muñeco que sin duda tenía cientos de historias que contar.
No hemos sido capaces de averiguar su nombre pero desde el principio tuve claro que era de la marca Vicma. Los Cariñito, Cariñín y Cariñoso, al igual que Tumbelino, han pasado por innumerables transformaciones de aspecto, pero por el tamaño (45 cm) podría ser un Cariñito de principios de los 70.
De cara a la restauración lo más preocupante era la dureza que había adquirido el material con el tiempo. Tampoco era posible recuperar los ojos originales, pero puesto que los iris eran de papel y no de margarita, la expresión de la cara no variaría mucho con unos actuales. El resto del trabajo - limpieza, confección del cuerpo conforme al patrón original y unión al vinilo y recuperación de la flexibilidad y color originales, sólo exigió una dosis extra de paciencia. También se pudo reparar el mecanismo de lloro que se encontraba aún en su interior pero sin funcionar.
Ahora, con su nueva apariencia y voz, este ¿Cariñito? solo espera poder acompañar a las nuevas generaciones de la familia que tanto ha jugado con él.
¡Está perfecto! Lo has dejado como nuevo, ¡no parece un muñeco antiguo! Tiene una expresión súper tierna.
ResponderEliminar¿Cómo has hecho lo de los ojos? Besos
Los ojos se han sustituido por unos nuevos. En general, que los ojos estén brillantes y con las pestañas completas es lo que hace que los muñecos cambien radicalmente. Es la reparación que tiene mejores resultados.
EliminarHola: felicidades por este trabajo tan minucioso. Lo dejaste mejor que nuevo. Tiene una cara de o más adorable. Con el chupete está ideal, Seguimos en contacto
ResponderEliminarEste trabajo me gusta especialmente porque es un claro ejemplo de que las apariencias engañan. A veces nos resulta difícil comprender como alguien sigue guardando en casa muñecos muy deteriorados, pero es que sus propietarios los ven con los ojos del recuerdo, tal y como eran cuando se los regalaron o los veían en los escaparates de las jugueterías. Y lo que intentamos con las restauraciones es que ese recuerdo se haga realidad.
ResponderEliminaryo tengo uno como este ainssssssssssssssssss...........lo que jugué con el, está divino
ResponderEliminarLo has dejado precioso, como todos los arreglos que haces, es una maravilla volver a darle vida a una muñeca. Besos
ResponderEliminarYo lo tengo y mi hermana otro en rubio y con puchero. El mío igual que ese y los llamábamos Cariñitos. Es acertado el nombre.
ResponderEliminarHola, como bien has deducido es Cariñito de principios de los 70. Además del tamaño, la cara es bastante diferente con la de Cariñín (más pequeño) y sutilmente distinta de la del Cariñoso (más grande) de esa época. Lo has dejado precioso. Enhorabuena.
ResponderEliminarOh! Mi cariñitos de Vicma, yo aún la tengo, es idéntica, a la mía le puse Ángela, mi muñeca más querida. Eso sí la mía ya no llora. Oír su llanto me ha llevado a viajar en el tiempo.
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