Este muñeco de Berjusa fue el elegido para restaurar por la historia que le acompañaba. Aunque desconocemos su nombre comercial lo cierto es que ya tenía nombre propio: "Miguelín". Así lo bautizó su pequeña dueña allá por los años 90 y siguen llamándole igual aunque hayan transcurrido más de 25 años.
A finales de los 80 y principios de los 90 se pusieron de moda los muñecos realistas, que gustaban por ser muy distintos a los de las décadas anteriores, con expresiones, gestos y a veces mecanismos que permitían movimientos muy parecidos a los de niños de verdad.
Miguelín estuvo guardado durante años hasta que el marido de su propietaria pidió su restauración para sorprender a su mujer en su aniversario de boda, con la intención de que también pasase a formar parte de esta nueva familia. Y así, con la colaboración de la madre de su mujer, hicieron y enviaron en secreto las primeras fotos que nos permitieron comprobar cuantas horas de juego acompañaban a este muñeco.
Después de este tiempo con nosotros, esperamos que la ilusión de su dueña al verlo sea, como mínimo, igual a la que puso su marido al escribirnos, y que Miguelín disfrute de muchas y nuevas aventuras en su compañía.
Miguelín es algo más que un simple muñeco. Ha sido testigo mudo del crecimiento de nuestra hija. No solo como instrumento de juego, sino un confidente, siempre alegre, con una expresiva mirada que proyecta serenidad y confianza.
ResponderEliminarSu diseñador tuvo que ser una persona que sabía cómo comunicar sensaciones positivas.
Muchas gracias por acercarnos de nuevo a aquellos momentos dulces y gratificantes.
Gracias Francisco por tu comentario. Nos llena de alegría.
ResponderEliminarMuchas gracias por haber hecho posible esta sorpresa tan grande.Miguelín ha quedado requeteguapo, y de nuevo puedo contarle mis cosas :)
ResponderEliminarLa forma de contar la historiaby verla publicada aquí, me ha sacado unas cuantas lágrimas. De nuevo gracias.
Un abrazo
Gracias también a vosotros por confiarnos esos tesoros que son vuestros muñecos. Poder volver de nuevo a la niñez, aunque sea un instante, es sin duda lo que más motiva de nuestro trabajo. Felicidades por tu familia y también a tí por haber sido capaz de despertar tanto cariño a tu alrededor.
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