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Mostrando entradas de diciembre, 2017

Antes-Después: Mi Vida de Toyse, años 80

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Quizá lo más llamativo de este Mi Vida era el apelmazamiento del relleno. Por otra parte los ojos habían perdido las pestañas, y aunque no funcionaban correctamente pudimos arreglar los originales para que conservase su expresión ya que los modernos de color marrón suelen ser mucho más oscuros y con pestañas negras. También fue necesario aclarar el vinilo, sobre todo de las piernas, por el intenso tono marrón que había adquirido con el tiempo. Tras repasar todas las costuras del cuerpo de tela, y dar color a mejillas y labios, Mi Vida vuelve a casa con su pequeña dueña que tanto le echa de menos.

Antes-Después: Eructitos de Berjusa, año 1992

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Cuando recibimos las fotos de este muñeco, creímos que era un Minene. Así lo pone en el propio chupete pero al saber que se insertaba en la boca no coincidía con el Minene de los 80. Puesto que sí estaba marcado como Berjusa, buscamos algún catálogo de esa marca y así conocimos que se trataba de Eructitos. Es fácil suponer lo que hace un muñeco con ese nombre, pero en realidad hace mucho más. Tiene distintos sonidos (llanto, succión, satisfacción...) y su cabecita se mueve cuando toma el biberón. Como muchos de los muñecos Berjusa son una auténtica pieza de ingeniería y tuvimos que recurrir a la información que publica la Oficina de patentes y marcas para saber cómo poder arreglar este curioso mecanismo. Además este Eructitos presentaba todo el deterioro habitual (suciedad, pérdida de relleno, descosidos, color de vinilo oscurecido...). Incluso parecía haber estado mucho tiempo bajo un gran peso, pues estaba aplanado incluso por la cara. Para poder funcionar y puesto que no tiene

Antes-Después: Nancy de Famosa, pelo rizado rubio oscuro

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El aspecto de esta muñeca era muy bueno, pero su pelo... Es difícil describirlo: encrespado, áspero, enredado y mate. No podíamos cortar porque la parte dañada medía dos centímetros o incluso más en algunos mechones. Lo único que se podía hacer era alisar y alargar lo más posible para luego volver a rizar, tratando de que las puntas encrespadas quedasen menos visibles. Después limpiamos y corregimos la posición de los ojos porque al cerrarlos se apreciaba que uno de ellos quedaba hundido y torcido. Ya por último retocamos ligeramente una de las cejas para igualarlas en color. El resultado salta a la vista. Tan nueva que parece recién sacada de la juguetería.